Dave Marsh sé agitó inquieto en el sillón que le había ofrecido ceremoniosamente su jefe y dio una chupada al cigarrillo que había encendido momentos antes. No le gustaba tanta
Aquél estaba resultandorealmente un día negro para mí. No es que me considere por lo normal un tipoafortunado, pero desde la mañana había calculado muy bien lo que debía hacerp