Existe un México que desafía la penetración cultural, el aislamiento, y sobrevive, leal a su diaria imagen y a una identidad que resiste pese a la fragilidad de su apariencia.
La extensa y variada obra de Ramón Rubín (Mazatlán, Sinaloa, 1912) tiene un sitio de privilegio en la literatura mexicana del presente siglo. A quien desconoce la obra de Rubín
Iniciada en 1934, la muy prolongada empresa de Ramón Rubín marca de manera definitiva la forma de entender y practicar el relato indigenista en nuestra literatura. Escritor de
Leer a Ramón Rubín es encontrarse en el camino del asombro; su lenguaje oscila entre el rigor y el escepticismo del escritor esencialmente urbano, y la mirada piadosa y ritual