Huyendo de un visitante no deseado, Cecily Wolverton se vio obligada a viajar en el coche del Correo Real para llegar a la mansión de su abuelo. Pero habría podido jurar que el
Claire Oliver, demasiado audaz e independiente para someterse a las convencionalismos de su época, se había resignado a vivir rodeada por el cariño de sus padres y entregada a