PAÍS LIBRO

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p. g. wodehouse

de acuerdo, jeeves
Gussie Fink-Nottle se siente mucho más cómodo con las salamandras que con los hombres. El tímido joven las colecciona, se deleita contemplándolas, las estudia y hasta elabora c
dejádselo a psmith
Psmith ha renunciado a su puesto de secretario de un opulento tío, simplemente porque no soportaba el olor a pescado que despedía el lucrativo negocio de este, y ahora se ofrec
dieciocho agujeros
El libro es una colección de relatos con el golf como eje central. Todos están narrados a espectadores incautos por el socio veterano, una especie de abuelo cebolleta que engan
el castillo de blandings
Se trata de una colección de relatos cortos con tres partes claramente diferentes. La primera es, como el nombre del libro indica, acerca de las aventuras del despistado y camp
el código de los wooster
El Código de los Wooster, (The code of the Woosters, su título en inglés), es una novela de Pelham G. Wodehouse publicada en 1938 y protagonizada por dos de sus personajes favo
el gas hilarante
El gas hilarante, «Laughing gas» su título en inglés, es otra deliciosa novela de P. G. Wodehouse, publicada en 1936. En ella se cuenta la historia de Reggie, un conde inglés q
el hombre con dos pies izquierdos
Henry Wallace Mills no sabe bai­lar, y éste es el único nubarrón que empaña su vida de casado. Minnie nunca da motivos de celos a Henry, pero Henry, claro está, vive apenado co
el inimitable jeeves
El enamoradizo Bingo Little, amigo de Bertie, ha hecho una vez más honor a su fama. Esta vez el objeto de sus desvelos es Mabel, camarera en un restaurante de poca fama. Y como
jeeves y el espíritu feudal
Cuando Bertie Wooster va a pasar unos días con su tía Dahlia en Brinkley Court y se encuentra de súbito prometido a la imperiosa Lady Florence Craye, la amenaza del desastre se
llamen a jeeves
La única historia de Jeeves en la que Bertie Wooster no hace ninguna aparición, implica a Jeeves en una comisión de servicios de mayordomo y factótum general para William Egert
locuras de hollywood
Cuando el riquísimo Alfred Cork murió, dejo toda su fortuna a su mujer, que había sido una famosa actriz del cine mudo. Pero en el testamento había una clausula: Adela, la viud
luna de verano
Es verano en el castillo de sir Buckstone Abbott, y el buen tiempo enciende las pasiones: Joe Vanringham —más conocido como Tubby— languidece por Imogene Abbott —más conocida c
luna llena
La luna llena brilla sobre las almenas y torres del castillo de Blandings, y alborota los corazones de algunos de los invitados del conde de Emsworth. Entre ellos están el coro
mal tiempo
El Honorable Galahad Threepwood, juerguista y atolondrado en su juventud y ahora ciudadano respetabilísimo, ha decidido publicar sus memorias. Sus antiguos compinches de juerga
muy bien, jeeves
P.G. Woodehose, es el maestro del humor desternillante, con sus personajes estrafalarios y ridículos a través de los cuales hace una disección cruel y sarcástica de las clases
ómnibus jeeves. tomo i
La creación más querida de P. G. Wodehouse es el tándem del amo y el sirviente formado por Bertie Wooster, afable y bobalicón, y Jeeves, su ayuda de cámara y protector. Éste es
ómnibus jeeves. tomo ii
En De acuerdo, Jeeves, los conocimientos del tímido Gussie Fink-Nottle sobre las salamandras son tan vastos como su ignorancia sobre las mujeres. Y precisamente una de ellas, M
picadilly jim
Cuando la riquísima Eugenia Van Brunt se casó con Bingley Crocker, un actor de quinta fila, Jimmy, el hijo de Crocker, más conocido como Piccadilly Jim, se despidió de su traba
si yo fuera usted
Ha sido anunciado el compromiso matrimonial de Anthony, quinto conde de Droitvitch, con la bella Violet Waddington, hija del fabricante de las famosísimas sopas (noventa y siet
ukridge
Stanley Featherstonehaugh Ukridge posee una peculiar visión del mundo. Perseguido por las deudas, la mala suerte y su tía Julia, Ukridge debe echar mano de todo su ingenio para
¡gracias, jeeves!
Bertie Wooster es invitado a abandonar su domicilio por el administrador de su piso, ya que ninguno de sus vecinos puede aguantar ni un minuto más su horrible manera de tocar e