PAÍS LIBRO

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margaret moore

al servicio del rey
Se decía que podía conquistar a una mujer con sólo susurrarle al oído…Sir Blaidd Morgan había concentrado todos sus encantos en Lady Becca Throckton. Pero ella no sabía si podí
amantes en las sombras
Lady Adelaide había prometido que nunca se casaría, nunca permitiría que ningún hombre se apoderara de ella o de sus tierras. Al llegar a la corte del rey tuvo que esquivar a m
anhelo prohibido
Desde el momento en que se conocieron, lady Beatrice deseó al cínico sir Ranulf, pero como hija de un traidor, su reputación estaba mancillada y el matrimonio era algo imposibl
batalla de amor
Etienne de Guerre, que había alcanzado fama por sus proezas en los torneos, se encontraba ahora bastante incómodo en la batalla del amor. Su oponente, Gabriela Frechette, era u
beso de amante
Sir Douglas Drury había servido como espía durante la guerra contra Napoleón, y tenía suficientes cicatrices y enemigos como para demostrarlo. Por eso, cuando fue atacado en un
cómplices en las sombras
Un forajido con más honor que la mayoría de los caballeros había salvado a lady Elizabeth D’Averette de un destino peor que la muerte, y ella decidió recompensar su valerosa in
el beso del vizconde
Lord Bromwell estaba acostumbrado a transgredirlas normas sociales, pero hasta él se quedó pasmado cuando se encontró con la hermosa aunque reservada lady Eleanor Sprinford y s
el caballero vagabundo
Dos almas heridas, un pícaro mercenario y una belleza severa, se enseñan mutuamente cómo vivir y amar de nuevo durante una tormenta de nieve en Yuletide...
el señor del castillo
Enfrentada a la necesidad de casarse con un hombre al que despreciaba, Tamsin se vio obligada a cumplir con las obligaciones familiares por encima de su propia felicidad, hasta
enemigos en las sombras
Lejos de las intrigas de la corte, lady Gillian sólo deseaba cuidar de la propiedad de su familia y cumplir con su promesa de no casarse jamás. Entonces llegó al castillo D’Ave
inocencia y perdón
Ella necesitaba que la rescatasen… Lady Genevieve estaba desesperada, tanto que incluso el seductor galés Dylan DeLanyea le pareció la respuesta a sus oraciones. Pero mientras
intriga y pasión
Era un hombre muy apasionado… Cuando Griffydd DeLanyea desembarcó en Dunloch, pensaba que su estancia no duraría más de quince días. Pero Diarmad MacMurdoch, el hombre al que h
la dama del guerrero
Aunque sir Reece Fitzroy y lady Anne Delasaine se habían casado por imperativo real, la verdadera unión entre ellos traería la ruina a sus familias. Así que Reece sabía que no
la dama deseada
Sir Henry era un caballero capaz de realizar auténticas proezas en el campo de batalla… y en la cama. Un día encontró a dos bellas hermanas esperándolo en su dormitorio; una in
la dama y el bárbaro
Lady Marianne no creía posible que su vida pudiera empeorar aún más. Pero eso fue antes de encontrarse en las agrestes Tierras Altas de Escocia, país de indómitos bárbaros, y d
la heredera escocesa
La rica heredera lady Moira MacMurdaugh acababa de suspirar con alivio por haber evitado un matrimonio desastroso con sir Robert McStuart, un mujeriego y jugador empedernido, c
los deseos del duque
Lord Galen Bromney vivió una sola noche de pasión con Verity Davis-Jones pero eso bastó para dejar en él una profunda huella y para engendrar una hija de la que no tendría cono
matrimonio concertado
Lady Constance no estaba dispuesta a casarse con el hombre al que estaba prometida en matrimonio desde que era niña. Constance recordaba a Merrick de Tregellas como un niño mim
odio y seducción
Aquél no era el matrimonio que Trystan DeLanyea buscaba. La vidente del pueblo quería casarlo no con una hermosa normanda, sino con la sensual y descarada Mair, que se había bu
un rufián para la dama
Quintus MacLachlann era arrogante, y no se arrepentía de serlo. Cuando le pidieron que se hiciera pasar por un hombre casado para infiltrarse en la sociedad de Edimburgo, disfr
una dama para el caballero
El señor de Dunkeathe tenía fuerza y astucia, sólo le faltaba una esposa para tener también poder y riqueza. Se convertiría en la envidia de todos. Pero, aunque innumerables mu
venganza y honor
El secuestro no era más que un preludio del matrimonio, o eso le habían hecho creer a Bryce cuando secuestró a lady Rhiannon para convertirla en la esposa de su señor feudal. ¡