luis sepúlveda
desencuentrosComo si la vida estuviera hecha de un cúmulo de imperceptibles fallos, que convierten con frecuencia los deseos, los amores, las amistades, los sueños, los proyectos políticos,
el fin de la historiaJuan Belmonte vive en el sur de Chile, frente al mar, llevando una vida sencilla y casi anónima, acompañado de algún amigo insobornable y de sus recuerdos de viejo guerrillero
historia de un perro llamado lealUna fábula emotiva y edificante para jóvenes de 8 a 88 años. Es difícil, para un perro pastor alemán que vive al servicio de un grupo humano, no añorar la libertad que conoció
historia de una ballena blancaDe una concha que un niño recoge en una playa chilena, al sur, muy al sur del mundo, una voz se eleva, cargada de recuerdos y sabiduría. Es la voz de la ballena blanca, el anim
hot lineGeorge Washington Caucamán, detective de origen mapuche y gatillo ligero, es destinado a Santiago de Chile, y allí lo arrinconan en la unidad de delitos sexuales. Aunque se sie
la lámpara de aladinoTras navegar por los canales patagónicos que confluyen en el estrecho de Magallanes, un pequeño comerciante palestino desembarca en Puerto Edén, vende los objetos que lleva en
la sombra de lo que fuimosEn un viejo almacén de un barrio popular de Santiago de Chile tres sexagenarios esperan impacientes la llegada de un hombre. Cacho Salinas, Lolo Garmendia y Lucho Arancibia, tr
mundo del fin del mundoUn adolescente, enardecido por la lectura de Moby Dick, aprovecha las vacaciones de verano para embarcarse, en los confines australes de América, allí donde se termina el mundo
nombre de toreroEn los años sombríos del nazismo, desaparecen de un rincón secreto de la prisión de Spandau unas valiosísimas monedas de oro. Casi cincuenta años después, caído el Muro de Berl
patagonia expressLos muchos miles de lectores de Luis Sepúlveda ya conocen su gran pasión: viajar, deambular por el mundo, observar a sus gentes y escuchar sus historias. Pero Sepúlveda tiene t
un viejo que leía novelas de amorAntonio José Bolívar Proaño vive en El Idilio, un pueblo remoto en la región amazónica de los indios shuar (mal llamados jíbaros), y con ellos aprendió a conocer la Selva y sus