PAÍS LIBRO

El escándalo la perseguía irremediablemente…Trasladarse a Richmond era el nuevo comienzo que lady Amelie Chester necesitaba para escapar de los rumores respecto a la muerte de

El juego del amor era peligroso en la corte de Enrique VIII. Traicionada por su ambicioso padre, prometida por la fuerza en matrimonio con el apuesto pero enigmático sir Jon Ra

Lady Rhoese de York era un gran premio: era rica, tenía muchas posesiones y podía llenas las arcas reales si alguno de los caballeros del rey se casara con ella.Judhael de Brio

Había llegado el momento… el deber lo llamaba…Sir Fergus Melrose había dado su palabra y respetaría el compromiso, pero antes debía conquistar a su prometida… No sería tarea fá

Habiendo huido de dos compromisos anteriores, Caterina Chester sabe que no puede evitar el matrimonio por más tiempo. Pero ¿formar parte de una apuesta para solventar las deuda

Ninguno de los dos había olvidado aquella noche mágicaHelene Follet no había tenido demasiado contacto con lord Burl Winterson desde que ella decidió convertirse en la amante d

¿Realmente era una mujer respetable?Vivía como una dama refinada, pero Dania Rhiannon tenía en realidad un origen muy diferente que había preferido ocultar.

Bella y orgullosa… ¡Ella jamás sería un premio para ningún hombre!No parecía que lady Eloise Gerrard fuese a conseguir la libertad que tanto ansiaba porque la habían ofrecido c

Humillada y traicionada por los hombres, lady Annemarie Golding se había aislado de la sociedad. Tras descubrir unas cartas íntimas que podrían difamar el nombre del príncipe r

Para el exoficial de caballería Quinto Tiberio Marcial el deber siempre era lo primero. Su próximo cometido, escoltar a una cautiva del emperador romano, debía ser fácil. Pero

Ella era diferente a cualquier mujer, y la más bella...La señorita Letitia Boyce no envidiaba a sus hermanas por divertirse tanto con el soltero más codiciado de Londres. Ella

Sólo quería pasar una noche en los brazos de aquel descarado… Aunque la corte de la reina Isabel I en Richmond era famosa por ser el escenario de numerosas relaciones ilícitas