PAÍS LIBRO

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jonathan coe

el círculo cerrado
¿Qué fue del cuarteto de amigos de Birmingham, de Trotter, Harding, Anderton y Chase, los jóvenes estudiantes del King’s Wllliam School y editores del periódico del instituto?
el club de los canallas
Un cuarteto de amigos de Birmingham —Trotter, Harding, Anderton y Chase— son los editores del periódico de su instituto, aunque su sarcástico profesor de inglés diga que tienen
el corazón de inglaterra
Rechazado por todas las editoriales londinenses, Benjamin Trotter se ve obligado a publicar su novela en la de su amigo Phil (especializada en evocaciones sentimentales de la h
el número 11
Las vidas de Rachel y Alison se cruzan con las de una serie de personajes estrafalarios e inolvidables: una cantante que vivió tiempos mejores y trata de recuperar su popularid
el señor wilder y yo
A sus cincuenta y siete, la carrera como compositora de bandas sonoras de Calista Frangopoulou, griega afincada en Londres desde hace décadas, no pasa por su mejor momento. Tam
expo 58
Bruselas, primavera de 1958. Bajo el plateado resplandor de las icónicas bolas del Atomium se inaugura la Exposición Universal. Un acontecimiento adornado con bonitos mensajes
la casa del sueño
Entre 1983 y 1984, un grupo de estudiantes universitarios urde la compleja coreografía de sus relaciones en Ashdown, una residencia universitaria situada en una antigua mansión
la espantosa intimidad de maxwell sim
Tiene cuarenta y ocho años y es un antihéroe muy contemporáneo, un perdedor tranquilo que ha perdido el gusto por las relaciones humanas, con setenta y cuatro amigos en Faceboo
la lluvia antes de caer
Rosamond ha muerto. Tenía setenta y tres años, sufría del corazón y se había negado a operarse; su médica, que en los últimos tiempos la visitaba casi cada día en su pequeña ca
los enanos de la muerte
William, un joven pianista de Sheffield algo pardillo, que ha venido a buscarse la vida en los clubs de jazz londinenses, no se lleva bien con el mundo. Odia Londres, la fría M
¡menudo reparto!
Imaginemos que Charles Dickens, Evelyn Waugh y Agatha Christie, de alguna milagrosa manera, hubieran planeado escribir una novela a seis manos: el resultado habría podido ser e