El expolicía gibraltareño Joseph Sanchez parece haber encontrado por fin el equilibrio: libre de sus demonios, pasea por Andalucía su cuerpo cubierto de tatuajes de hooligan, e
Como imponente vigía de la entrada al Mediterráneo, a un tiro de piedra de Marruecos, se yergue orgulloso el Peñón de Gibraltar, símbolo secular de contrabando, blanqueo de cap