Diane no sabía que su destino estaba escrito hasta que la enfrentó con dos caminos: Un amor eterno o un deseo concedido. Sin embargo, elegir no se trata de una opción racional,
“Mírate dónde estás, Elena, desnuda mientras él te mira a través de la lente de su cámara, tragándose sus reproches, y tú intentas procesar lo que acaba de ocurrir. ¿Cómo piens