Cuatro siglos después de muerto, Iván el Terrible, zar de todas las Rusias, sigue ejerciendo una fascinación extraordinaria. De infancia desgraciada, se encontró de muy joven a
Han pasado más de treinta años desde la muerte de Stalin. El incesante clamor de elogios que acompañó a su nombre en la Unión Soviética se ha acallado. En Occidente su mención