Tomando como referencia sólo los documentos oficiales y los testimonios autorizados, descuidando deliberadamente las conmovedoras y sospechosas leyendas bajo las que con demasi
André Castelot, prologuista de esta obra póstuma de G. Lenotre, escribe a propósito de Maximilien Robespierre: «[…] Leyendo el “Robespierre” que ahora presentamos al amplio púb