fernando vallejo
almas en pena chapolas negrasEn la madrugada del 24 de mayo de 1896, a los treinta años, con un revólver Smith & Wesson, José Asunción Silva se quitó la vida de un tiro en el corazón. Le dejaba a Colombia
años de indulgencia¡Qué incendio! ¡Qué esplendor! Mi vocación pirómana se supera esta noche. Se prodiga en llamas que se empinan desde abajo, de la acera, tratando de subir a mí, como lenguas de
casablanca la bellaUn hombre se ha propuesto reconstruir la casa que quedaba enfrente al hogar de su niñez: una vieja casona semiderruida. Ha decidido trasladarse a la casa durante las obras y vi
el cuervo blancoRufino José Cuervo era un colombiano insólito: en el país de los doctores aspirantes a la presidencia no era ni doctor ni aspiraba a nada. Por su familia había nacido para el p
el desbarrancaderoCuando Carlos salió del cuarto me acerqué a la cama, me senté a su lado y me incliné sobre él: sus ojos suplicantes se cruzaron con los míos por última vez. ¿Qué me quería deci
el don de la vidaEl texto está dedicado a un examen interdisciplinario y desde múltiples registros del tema de la muerte, que es central en la obra del autor y asimismo protagonista y eje estru
el fuego secreto«Un libro alucinante. Un desafío a la vez que una bofetada. Vallejo se desgarra al escribir, y nos desgarra y nos alucina.» (Alberto Aguirre, El Mundo) «La más violenta andanad
entre fantasmasMe pasé la infancia y la juventud en misa o leyendo novelas, y tantas oí y leí que perdí la fe: en Dios, cosa que para los efectos de la literatura poco importa, y en el noveli
escombrosEn «Escombros», Fernando Vallejo relata por primera vez la pérdida de David, su compañero de vida, quien empezó a enfermar tras el terremoto de septiembre de 2017 en México y f
la conjura contra porky«Entre ironías, burlas, improperios, maldiciones, blasfemias, este librito sin pretensiones hará reír a muchos e iluminará a montones. Trata modestamente de apresar el cambio f
la puta de babiloniaLa puta de Babilonia, como llamaban los albigenses a la Iglesia de Roma según la expresión del Apocalipsis, saca a la luz el voluminoso sumario de los crímenes perpetrados en n
la rambla paralela«Vivo de verdad no está nadie, ésas son ilusiones de los tontos. Día con día nos estamos muriendo todos de a poquito. Vivir es morirse. Y morirse, en mi modesta opinión, no es
la tautología darwinista y otros ensayosDios no se necesita para explicar el complejo fenómeno de la vida, pero Darwin tampoco. Darwin fue un impostor. ¿Cómo uno que ni siquiera supo que provenía de un óvulo fecundad
la virgen de los sicariosEn Medellín, una de las ciudades más violentas de la tierra, un Ángel Exterminador recorre las calles «limpiándolas» de una buena parte de sus habitantes, y librando, de paso,
las bolas de cavendishEl libro «Las Bolas de Cavendish» de Fernando Vallejo, «una de las voces más personales, controvertidas y exuberantes de la literatura actual en español». En este libro se viol
logoi: una gramática del lenguaje literarioConstituido por un léxico y unas fórmulas y moldes sintácticos ajenos al habla, el lenguaje literario no es propiedad privada de nadie. Ningún escritor en particular lo ha inve
los caminos a romaTodos los caminos llevan a Roma. Así ha sido siempre y así siempre será. Por algo es la capital del Imperio. Quien vive en Medellín o Envigado está fregado: vive en la periferi
los días azulesEsta novela, primera del volumen El río del tiempo y publicada originalmente en 1985, resalta las reflexiones autobiográficas que son comunes en la obra de Vallejo. Su nefasta
manualito de imposturología física«El ser humano es una bestia bípeda entrenada durante cuatro millones de años de evolución (contados desde que bajó del árbol) para mentir de las formas más sutiles, de las cua
memorias de un hijueputaEl memorialista loco de este libro sostiene que hay que defender deberes y no derechos; que la democracia es el pernicioso sistema electoral de unos corruptos que van tras el b
mi hermano el alcaldeFernando Vallejo nos narra las aventuras de su hermano alcalde de Támesis, un pueblo perdido en las montañas de Colombia que lleva el nombre del río de Londres y donde, cosa cu
peroratas«No sé muy bien qué sea el amor, pero de lo que sí estoy convencido es de que es algo muy distinto al sexo y a la reproducción, con los que lo confunde mi vecino. El amor es pu
¡llegaron!En las afueras de Medellín, a mitad de camino entre los pueblos de Envigado y Sabaneta y entre naranjos y limoneros, en la falda de una montaña se alzaba la finca de la infanci