Siempre me sorprendió la musicalidad de Fernando. No piensa como un baterista, no tiene vicios musicales, ni de los demás. Su primer libro me divirtió mucho. ¡Tiene más memoria
El primer beso. El fútbol, el cine de barrio, los shows en cabarets y barcos. Los encuentros mágicos con Sabato. El destape posdictadura. Del niño que hacía música con latitas