El caso de Pound es, probablemente, el más típicamente ilustrativo de la crueldad de esta época desquiciada. De la peor de las crueldades. De la crueldad intelectual. Del odio
Pocos hombres han hecho de la poesía, realmente una forma de vida (no un modus vivendi) con tanta pasión y coraje como lo hizo Ezra Pound. A los quince años ya se había propues
Ya desde sus primeros, más breves y, quizás, más bellos poemas, Ezra Pound se colocó esa "máscara" que le permitía identificarse plenamente con otros poetas y con otros poemas.