El apartamento era el de siempre. Nada había cambiado. O al menos ella no lo percibió. Un dormitorio principal con baño, un salón con cocina y otro dormitorio convertido en des
Bajó las escaleras del metro con sumo cuidado porque la lluvia torrencial que por fin había dejado de caer las había dejado resbaladizas. No llevaba tacones, pero tampoco había