La astronave, de forma ahusada y dimensiones colosales, volaba rauda y majestuosa por el vasto cielo azul, centelleando con anaranjados destellos al reflejar los rayos del sol
La explosión de júbilo mundial que un día, de un lejano julio de trece años atrás, causaron los astronautas americanos Armstrong y Aldrin al pisar por primera vez en la prolija
Los habitantes de la isla, y más que a isla se podría denominar continente a tenor de su extensa superficie, habían adquirido con respecto a sus congéneres del mismo planeta un