Nick Lawrence se había cansado de un cheque de pago dudoso y lo sustituyó por la dirección de un club en el que se juntaban beatnitniks, turistas y algún que otro polizonte. No
Chess Reames, libretista cinematográfico que vive y trabaja en Los Angeles, tiene un amigo tras la frontera de Méjico, Tomás Gutierrez, que posee una taberna en Puerto Perdido,