¿Quién no se sentiría culpable odiando a un niño de cinco años? Emilia no puede evitar sentirse así cada miércoles por la tarde, cuando ha de recoger a William, el hijo que su
Un mes en la vida de una mujer, escritora, esposa y madre de cuatro hijos que busca la estabilidad depositando sobre su lengua dos gotas de LSD. «Dos días después abrí el buzón