armando ramírez
bye bye tenochtitlanAnte el avance inexorable de la modernidad que amenaza con borrarlo del mapa, el ahora llamado «centro histórico» de la ciudad más habitada del mundo reclama a sus cronistas fi
chin chin el teporochoBarrio típico, corte de los milagros, escenario único en donde se encarna el peso de estar vivo, Tepito se ha hecho de un juglar, y con él la literatura mexicana contemporánea,
la tepiteadaLa epopeya que vivieron griegos y troyanos en la guerra de diez años hace más de tres mil años y que Homero recreó en la «Ilíada» en un largo texto que recrea el nacimiento de
me llaman la chata aguayoLa Chata Aguayo es el alma de la Soledad, la calle que corre a espaldas de Palacio Nacional. Lideresa indiscutible de los vendedores ambulantes, la Chata sabe mejor que nadie q
noche de califasHoy he vuelto a ver a ese hombre de presencia mítica; con su abrigo mugroso y su elegancia a-pesar-de-todo, estaba dirigiendo el tráfico en una de esas céntricas esquinas de la
quinceañera«Quinceañera» es la reunión casi exacta de los boleros y la vida cotidiana: la vida como una canción, el ambiente de los barrios de la ciudad de México en la quintaesencia de s
¡pantaletas!Empujado por el afán de ser «alguien en la vida» y deseoso de cumplir con el sueño de sus esforzados e idealistas progenitores, el Maciosare —hijo dilecto de la gran Tenochtitl