Exponente inequívoco de la literatura decadente española, esta novela, publicada por primera vez en 1915, nos propone un viaje al Jardín del Pecado de principios del siglo XX —
«La vejez de Heliogábalo», un título que condensa dos asociaciones usuales de la decadencia: el adorable –por turbio y desolador– motivo de la senectud, junto a la mítica figur