«Yo era una mujer feliz. Y lo había sido siempre. Es más, ni siquiera estaba a disgusto con mi pelo, lamido por una vaca, como le suele pasar al resto de la humanidad, al menos
Recién entrada en la treintena, Marina afronta, con un enorme sentido del humor y una visión trágico-cómica de su propia existencia, tanto sus problemas laborales como lo que h