Matar a un hombre es fácil, lo verdaderamente emocionante es conseguir matarlo sin matarlo. Darle muerte en vida. Enterrarlo en su propia miseria, sin que deje de respirar, sin
Un asesinato brutal. A Francesc Reinosa lo ha masacrado, en su almacén de la calle Aragón, un desertor americano puesto hasta las cejas de centraminas llamado Jimmy. Detrás de